Ésta es una historia algo larga… así que espero la leas completa!
En Cuarto año de
secundaria, recuerdo teníamos dos recreos, creo uno de 15 min o otro de 25... Algo
así y en ese tiempo andaba ilusionada de un chico un grado mayor. Se llamaba
Aldo, nunca supe su apellido, tenía los ojos claros, la tez clara, cabello
castaño y creo que fue transferido del Liceo Montero o algo así. No tenía
muchos amigos y normalmente lo veía con chicas... pasó mucho tiempo de espiarlo
(mi amiga Katya y yo) todos los días pasear con su nueva enamorada... Me daba
rabia pero me conformaba con verlo pasar. Un día cualquiera los vi discutiendo,
era algo raro la verdad, el lloraba creo y ella la que dominaba la situación.
Al día siguiente el ya caminaba solo por los pasillos, ya no
existía la tal Carla, pero siempre lo veía como triste. Fue cuando pensando en
lo que él podía sentir le hice una carta con la canción Temblando de Hombres G.
Le decía que entendía como se sentía y que “quizás ni me conoces” pero sabía
que de alguna forma le iba a reconfortar las palabras bonitas que le escribía.
Era un día de actividad
en mi cole y era el momento para entregarle mi carta, no sabía cómo hacerlo
pero de algún modo iba a suceder. Estaba enamorada de él, sin planearlo. Lo divisé a lo lejos, parado viendo las actuaciones
con sus amigos. Tenía los pulgares en los bolsillos. Me paré en diagonal a él y
quise ponerlo en su bolsillo del pantalón pero aaayyyy…. Se iba a dar cuenta y
aishhh, como hago??
De tanto murmurar con
mis amigas acerca de cómo hacerlo creo que se dio cuenta, volteó un par de
veces y bueno, sí, se había dado cuenta! Mi corazón latía a mil, era mi única
oportunidad y no la dejaría pasar. Entonces me acerque, él permanecía con sus
pulgares en sus bolsillos y las manos abiertas; aproveché esa posición y puse
la cartita en sus palmas. Se supone que sorprendido voltearía a ver de qué se
trataba, pero no lo hizo, siguió en su posición y la guardó ahí mismo, en sus bolsillos, como si supiera
de qué se trataba todo.
Oh por Dios ¡!! Lo
hice!!
Al día siguiente, por
medio de una amiga en común, recibí una carta … era suya! Aaaaaa, me volví loca
antes de leerla…! Decía que me agradecía por lo dicho, que ya la tormenta
estaba pasando y que estaba saliendo con otra chica… Whaaattt?? Pues sí… a mi
ni me conocía formalmente y no podía esperar más que mandarnos cartas. Supe
luego que lo de esta chica era algo no muy agradable, no duraron mucho tiempo,
creo que ella no era muy estable con respecto a relaciones porque empecé a
verla con otro chico y a el nuevamente solo por los pasillos.
Creo que Aldo era
bastante iluso, me refiero a enamorarse rápido, quizá le faltaba algún otro
tipo de cariño o quizá tenía algunos problemas en casa, yo no podía saberlo
hasta el momento. Necesitaba de un acercamiento más así que le mandé otra carta
J
… esperaba me respondiera pero pasaron 2 días sin verlo en el colegio.
Un 24 de Julio era la
actuación de fín de bimestre y venían las vacaciones… llegué al colegio tarde,
como nunca. La formación había terminado y todos ya estaban en sus aulas.
Bueno, casi todos. Vi muchas chicas de 5to llorando por los pasillos… qué
pasaba? no entendía!
Entré a mi aula con la incógnita
presente y divisé la bandera izada a media asta… quizá un porfe de 5to, pues
había uno que andaba muy grave… pero no. Mi auxiliar de grado nos dio la
noticia que un alumno de 5to había fallecido la noche anterior, se llamaba Aldo
y al parecer había sido un suicidio.
De solo recordar y aquí
escribiendo, se llenan mis ojos y es imposible no volver a sentir el dolor.
Supe que se había
disparado con el arma de su papá, se encerró en su cuarto y solo tenía una
pequeña ventana de rejas en su puerta. Lo hizo cuando estaba solo en casa y no
lo supieron solo hasta en la noche que todos volvieron del trabajo a casa.
Dioooos, no quería que
fuera cierto, el niño del que me había enamorado por cartas estaba muerto, y no
hay forma de volver atrás.
Estaba sentada sola en
casa, y todo era una ironía, yo recién empezaba a conocerlo y era algo tan
triste para mi que se fuera así de pronto. Lloré desconsolada recordando su
mirada de niño, sus ojos perfectos, leia mil veces sus cartas y las 6 horas
allí en el sofá pesaban como 24. No podía dejar el dolor de lado y solo pude
salir de ahí cuando mamá llego de noche. Me abrazó fuerte y trató de darme el
consuelo que necesitaba. No era una historia, ni un cuento, todo estaba pasando
en realidad.
Esa noche le pedí a
Dios mil veces que todo eso no fuera cierto, que porfavor retrocediera el
tiempo y que me permitiera hacer algo por él. Que yo lo quería y que no
permitiría que eso pasara. Se lo pedí muchas veces, y solo pude quedarme
dormida rogando y rogando una y otra y otra y otra vez. Debía haber alguna
forma de lograrlo.
Desperté y… no había
sido un sueño ni nada. Todo fue cierto. Estaba ahí recordando Ironic de Alaniss
muchas veces en mi cabeza… Ya todo había pasado y nadie había retrocedido el tiempo
Ese año visité unas dos
veces el Cementerio de Huachipa, no pude ir al sepelio ni nada y por ahí me
dijeron que allí estaba. Nunca lo encontré. Paseaba por los pasillos buscando
lápida por lápida y no lo encontré nunca.
Casi 13 años después,
aún lo tengo en sueños, aún recuerdo sus ojitos y no es que fuera el mayor amor
de mi vida, pero su partida sí la marcó de una forma increíble. La pequeña
historia de cartas, mi amor adolescente por él que se perpetuo en mí, mi
tristeza silenciosa al nadie entenderme…
fue muy triste el final, pero no todo fue malo.
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